Solvay, el principal procesador mundial de materiales de tierras raras fuera de China, anunció nuevas asociaciones destinadas a fortalecer las cadenas de suministro de estos minerales vitales en Estados Unidos. Esta medida se produce mientras Europa lucha por ponerse al día en la carrera para liberarse del férreo control de China sobre el mercado de tierras raras.
Los minerales de tierras raras son componentes esenciales de tecnologías avanzadas, como los potentes imanes utilizados en vehículos eléctricos y sistemas de energía renovable. Su importancia está impulsando una lucha global por el control de su producción y suministro.
La principal planta europea de procesamiento de Solvay en La Rochelle, Francia, enviará ahora tierras raras directamente a Noveon Magnetics, una empresa estadounidense especializada en imanes de alto rendimiento utilizados en los sectores de la automoción y la energía verde. En otro acuerdo, Solvay se asoció con Less Common Metals of Britain para asegurar un acceso más confiable a materiales de tierras raras dentro de Estados Unidos.
Si bien Europa posee capacidades limitadas de extracción de tierras raras, Solvay obtiene sus minerales de países como Australia y emplea amplios programas de reciclaje de baterías e imanes para recuperar residuos valiosos.
Estos acuerdos subrayan los esfuerzos proactivos de Estados Unidos para reconstruir sus cadenas de suministro nacionales de tierras raras, una respuesta a las restricciones a las exportaciones de China provocadas por las tensiones comerciales durante el gobierno del presidente Trump. Estas restricciones han alimentado la urgencia entre las naciones que buscan alternativas.
“Parece que esto está avanzando un poco más rápido en Estados Unidos”, dijo Philippe Kehren, director ejecutivo de Solvay, destacando el retraso en el progreso en Europa.
Tanto Europa como Estados Unidos alguna vez tuvieron industrias sólidas de tierras raras, pero hace décadas subcontrataron gran parte de la producción contaminante a China. En última instancia, esto condujo al casi monopolio de Beijing en el sector, dejando a Europa y Estados Unidos fuertemente dependientes de las importaciones chinas. La dependencia es aún más pronunciada en Europa: el 98% de sus importaciones de tierras raras proceden de China, frente al 80% de Estados Unidos.
Aunque China alivió algunas restricciones a las exportaciones a principios de este año, los productores europeos y estadounidenses están corriendo contra el tiempo para reconstruir sus cadenas de suministro nacionales. Europa adoptó recientemente la Ley de Materias Primas Críticas, con el objetivo de asegurar el acceso a estos materiales esenciales. Sin embargo, Europa todavía está por detrás de Estados Unidos en varios frentes.
Los elevados riesgos financieros y costos asociados con la producción de tierras raras crean una barrera importante para la inversión. Estados Unidos está abordando esto garantizando una rentabilidad mínima para las inversiones a través de subsidios que cierran la brecha entre los precios más bajos fijados por los productores chinos y los de los competidores no chinos.
“Para tener un caso de negocio real, es necesario tener clientes que le garanticen un cierto nivel de volumen y un cierto nivel de precio”, explicó Kehren. “Hoy en día todavía no tenemos esto en Europa”.
Esta diferencia de enfoque resalta las distintas estrategias que cada región está empleando para asegurar su acceso a estos minerales vitales en un panorama global cada vez más competitivo.













































